Era un chavalin cuando a un tal Juan Mari Iturrate escuché
hablar de la Galarleiz. La primera maratón alpina del estado, con sus
diferentes modalidades de participación.
Hoy en día acostumbramos a oír comentarios sobre pruebas a
cada cual más duras y kilométricas, pero por aquel entonces la Galarleiz era
una prueba heroica. Muchos salían sin saber si llegarían, prueba de ello es el
primer video que se realizó donde las indumentarias de los participantes de BTT
con diferentes protecciones daban fe de
lo que los valientes esperaban encontrarse en su trayecto.
Solo escuchar al famoso “Juanmariloco” hablar sobre esa
prueba, me hizo pensar en participar algún día en ella. En aquel momento ni tan
siquiera entrenaba en bici, pero había crecido en una familia ciclista y
supongo que eso fluye por las venas.
Años después, me enteré de que ese primo lejano del que siempre hablaban en
casa sobre sus hazañas corriendo maratones como la de NY, era el organizador de
la prueba, Pedro. Al que tuve el gusto de conocer un año cuando entrenábamos la
Galarleiz. Él junto a otro chico, limpiaban el último trozo de la campa de
bajada antes del comienzo de Martintxu.
Esto le daba un punto más de pasión a la Galarleiz para mí. Corría con mi
familia entre el público, fieles seguidores en la Porqueriza y el organizador
era familiar mío. Pasando la prueba por Balmaseda y terminando en Zalla,
pueblos de donde es toda mi familia, tenía un sueño más que cumplir, subir un
día al pódium de la Galarleiz. Algo para mí más importante que ganar una
carrera del Open.
Estos últimos tres meses han sido muy duros para mi, quizás los más duros de mi
vida y eso que mi vida no ha sido un camino de rosas precisamente. Dos cosas tenía
claras en mi vida, quien era la que me daba la alegría día a día y que era lo
que me servía de escape. Lamentablemente, la más importante desapareció de mi
vida y eso me hundió. La persona más importante de mi vida lejos de mí, sin
ganas de andar en bici y con 4 kg menos, deje la bici mes y medio.
La que era mi vía de escape se volvió un
demonio para mí, pese a que todo el mundo me decía que siguiese andando en algo
que tantas satisfacciones me daba, aquella cosa que suscitaba la emoción de montar en bici había desaparecido.
Con mi persona destruida casi por completo, un día conversando con la mujer con
más fuerza que he conocido casi con total seguridad, decidí recomponer este puzzle
roto y me marque un propósito que me ayudaría a recuperar mi fuerza. Preparar
la Galarleiz y dedicársela a Iñaki Lejarreta Errasti. Lejos de poder ganarla,
solo quería tener un gesto con él, darlo todo con él y por él.
Sinceramente estos dos meses han sido de locura, dos mudanzas en dos meses,
4.5horas de transporte público todos los días para ir a trabajar, comiendo de
mala manera y entrenando como podía. Pero había hecho una promesa y la quería
cumplir aunque fuese arrastras.
Trabajo en Forum, y el sábado tocaba currar hasta las 21:00.
Ocho horas de pie de un lado al otro, entrené en la hora de la comida a toda
prisa…vamos el mejor plan para enfrentarte a una Galarleiz al día siguiente.
Pero daba lo mismo, lo iba a dar todo saliese lo que saliese y con estar entre
los 20 primero para mí sería una satisfacción después de todo lo pasado.
Nada más darse la salida, los primeros sprintaron como si no
hubiese mañana…no quise entrar al trapo y me resguarde en el pelotón ya que
pronto llegaría la cuesta del Zalama y las piernas iban a sufrir de lo lindo.
Comenzando a subir me vi entre los primeros, poco a poco se quedaba la gente
hasta que Aketza Peña, Zubero , Ordeñana
, Pani y yo nos fuimos unos metros. No me lo esperaba pero pensé…”bueno hasta
que podamos, tu haz tu carrera”. Y así fuimos los primeros 5km de subida hasta
que Pani y yo nos descolgamos.
En mi primera carrera del Open, hace 12 años, recuerdo que entré en meta con
Iñaki, él me doblaba por segunda vez. Pero hoy volveríamos a entrar juntos en
meta, desde el comienzo hasta el final, pedaleando juntos, y es que a lo largo
de la carrera no sé las veces que pedí que me ayudase, que me diese fuerzas, que estuviese marcándome las trazadas….
Era un día donde las emociones y pensamientos abordaban mi cabeza una y otra
vez…
“Pani” me había soltado, empezaba a sentir como se me subían las piernas y aun
era el kilometro 25 pero tenía algo claro, si me querían ver fuera me tendrían
que echar porque pensaba terminar como fuese.
Con la intención de
terminar entre los veinte primeros, me acercaba a la Porqueriza en 5ª posición,
estaba en el pódium de la Galarleiz. En la Porqueriza me esperaban muchos
familiares entre los cientos de aficionados que este año se habían acercado
gracias al buen tiempo. Mi estomago se empezaba a hacer un puño, “Iñaki dame
fuerzas! Juntos hasta la meta” repetía una y otra vez en euskera…entraba en la
Porqueriza con la piel de gallina por los ánimos del público, entre ellos
reconocía la voz de mi tía, mi tío y mi prima. Los ojos se me llenaban de
lágrimas a punto de desbordar, -menos mal que tras las gafas no se ven-, un montón
de pensamientos en mi cabeza, la gente que he perdido, la gran gente que me
rodea y todo lo pasado…sin sitio en mi garganta por donde pueda tragar saliva,
el nudo se hace aun más grande cuando la gente al ver mi dorsal empieza a
animarme con el nombre de Iñaki. No me quedan fuerzas, se mes suben las piernas
pero las mantengo en orden a base de pequeños puñetazos que las relajan.
Temo que ahora me pasen esos lobos que llevo detrás y que
quieren subir al pódium, pero un duende sigue a mi lado pedaleando junto a mí y
esa fuerza mental tiene más fuerza que muchas piernas.
Unos cuantos fallos en las bajadas me hacen pensar que tengo que centrarme,
dejar a un lado esos sentimientos que me llevarán al suelo por falta de
concentración. Sin tomar riesgos en la bajada llego al comienzo de Martintxu,
temo que las piernas digan ¡basta! Y alguien tenga que ayudarme a estirarlas,
me echo la bici a la espalda y comienzo una ascensión agónica e interminable,
paso a paso “vamos! Vamos!...” te digo compañero. Desde el alto de Martintxu me tiro a muerte
en la bajada, cruzadas en curvas que casi me llevan al suelo y a puñetazos con
las piernas en cada pequeño repecho “no me abandones! Juntos hasta la meta”
continuo…
Por fin llego a Zalla la meta está ya a la vista…
Gracias compañero por pedalear conmigo esto va por ti! Hoy
cruzamos juntos la meta.
Un montón de sentimientos que no puedo expresar con palabras. Pero que en
muchos momentos casi me hacen llorar, un sueño que jamás pensaba que cumpliría.
Subir al Podium de la Galarleiz, Pedro sonriente viene a felicitarme, yo le
digo “¡familia subo al pódium!”
Por si fuera poco, mi primo Luis, que representa al
ayuntamiento de Zalla termina de hacer la prueba BTT poco antes de comenzar la
entrega de premios y sin tiempo para más, se pone una camiseta limpia para
entregarme el premio en el pódium. No sabéis la de veces que me he podido
imaginar ese momento y una vez allí arriba me daba vergüenza de verme allí.
Pero por dentro estaba repleto de alegría.
Desclasifican al primero por lo que logro un 4º puesto en la Galarleiz algo histórico
para mí.
“Pani “que me ha sacado un buen cacho, me abraza casi más ilusionado que yo por
verme en el pódium, lo mismo que Gonzalo y Puente que me felicitan a lo grande.
Tengo que dar las gracias a mucha gente por sacarme de este
agujero y no voy a perder la oportunidad.
A mi equipo el Mindundi-TEAM: Sois el mejor equipo del mundo! Gracias a todos.
Jesús por mostrarme la calma, Aketxe por sacarme esa garra que necesitaba,
Evita por ser tan maja aun conociéndonos hace tan poco, Mikelón por ser tan
buena gente.
Gracias a mi familia; Tia, tios, prima, “títere” hermanito….etc
Gracias a mis amigos del trabajo: Porque más que compañeros sois amigos y cada
uno sabéis todo lo que me habéis apoyado en estas duras noches de estos meses.
Jabi gracias por portarte tan bien conmigo y demostrar que un buen jefe también
puede ser amigo.
Naiara, gracias por escucharme. El uno al otro nos hemos echado un cable en
esas largas charlas nocturnas. La peque está preciosa! Eres una mujer con una
fuerza increíble, me tendrás para lo que necesites.
Gracias a mis compis del Extrem Zornotza por hacerme vivir
grandes momentos y a mi fiel escudero Francis, ¡qué buenas migas he hecho
contigo!
Y en general, gracias a toda mi gente, de facebook y demás por
mostrarme todo ese cariño en el momento que más lo he necesitado, pensaba que
de esta no saldría pero me habéis ayudado muchísimo, aun no soy el Zunbeltz que
era, no estoy al 100% pero supongo que para todo se necesita tiempo.
Gracias Angelillo, amigo de toda la vida, de esos que darían y dan todo por ti.
¡GRACIAS!
BTT
1º- Alexander Ordeñana
2º Julen Zubero
3º Unai Paniagua
4º Zunbeltz Bardeci
5º Mikel Epalza